Las bajas tasas de natalidad unidas al aumento de la esperanza de vida harán que España se convierta, en un futuro cercano, en el segundo país más envejecido del mundo. Así lo evidencian las proyecciones demográficas de la OCDE y así lo señalan también otros organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en más de una ocasión ha advertido de los graves problemas que tendrá la Seguridad Social en este contexto.