UNICEF concluye en un nuevo informe que el sistema de acogida de España empuja a "situaciones de riesgo" a los menores migrantes no acompañados.
Los han encontrado durmiendo hacinados en centros de acogida españoles. Ellos quieren ir a la escuela, pero su acceso a la educación se retrasa, por lo que se desesperan sin tener nada en qué emplear cada día. Algunos tienen ocho años, y duermen en la misma habitación que adolescentes de 17. A otros les piden que no se asomen al balcón: su simple presencia, dicen, puede enfadar a los vecinos. O se les prohíbe salir del centro durante un mes porque "es necesario comprobar antes su conducta". Pocos acceden a un abogado o a un psicológo y, si optan a ellos, no llegan a entender su idioma. Y entonces, un día, desaparecen.