La sociedad vasca no percibe la presencia de inmigrantes como un problema -a pesar de que cree que el número de extranjeros es superior al que realmente hay- y muestra una actitud de tolerancia hacia ellos que mejora en la misma medida que la situación económica y laboral. Sin embargo, los vascos son menos abiertos cuando se trata de convivir o relacionarse con las personas inmigrantes, hasta el punto de que el Barómetro 2016 sobre percepciones y actitudes de la población vasca hacia la población de origen extranjero, elaborado por Ikuspegi, evidencia un retroceso respecto a años anteriores en la aceptación de inmigrantes en la zona en la que residen o se relacionan los autóctonos.