Ahora lo llamamos Aquarius. También Lifeline. Antes pateras, cayucos, balsas, escalar la valla fronteriza en Ceuta y Melilla, cruzar a nado el perímetro de seguridad de la frontera europea, atisbar al fondo las desdibujadas líneas nacionales que, gracias a Schengen, los europeos cruzamos sin pensar para ir de un lado a otro para trabajar o turistear, y el inmigrante (ilegal) para ir adonde cree que tendrá más oportunidades.