La incorporación de trabajadores extranjeros al mercado laboral español ha sido, es y será determinante para la buena marcha de la economía. El impulso de estos trabajadores en el aumento del PIB es patente y su número y protagonismo va en aumento. Si en julio de hace diez años suponían menos del 10% de la afiliación, ahora ya superan el 13,5%, y su impacto en las cuentas públicas también aumenta.