Los extranjeros residentes en Euskadi han vuelto a crecer de forma intensa a raíz de la recuperación económica posterior a la crisis. Pese al aumento de 9.596 personas registrado el pasado año, la población inmigrante sigue siendo muy inferior a la media del conjunto de España. Por fortuna, el País Vasco ha sido por ahora ajeno a los preocupantes brotes de xenofobia que se extienden por Europa, más allá de los recelos que el diferente suscita en sectores muy minoritarios. Aún así, se hace preciso reconocer en cuantos foros sea posible la valiosa aportación de los ciudadanos procedentes de otras latitudes e intensificar su llegada en el futuro para encarar con mayores garantías algunos de los problemas más serios a los que se enfrenta nuestra sociedad.