El activista vasco Mikel Zuloaga y la navarra Begoña Huarte, acusados de facilitar la inmigración ilegal al intentar transportar a ocho refugiados desde Grecia a Italia, declararon ayer en Atenas que continuarán sus actividades de desobediencia civil en solidaridad con ese colectivo. En una rueda de prensa frente al Parlamento griego, los dos activistas denunciaron que el Gobierno español y la Unión Europea (UE) no han cumplido con sus compromisos en materia de reubicación de refugiados.